Guía de Apocalipsis 11.-

Los dos testigos

“Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. 2Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses”
vs. 1-2

“…levántate y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él…” vs. 1 El Señor manda al apóstol Juan, medir el templo de Dios. En el cumplimiento de la semana setenta o los últimos siete años de la presente era, será reedificado el templo judío, ya que al presente solo se halla en su lugar un área vacía llamada comúnmente lote del templo. De acuerdo a la palabra profética en este lugar muy pronto será reconstruido el templo judío, y lo primero que harán judíos ortodoxos una vez reestablecido el templo judío es adorar al Dios de Israel, de la manera como se hacía en el Antiguo Testamento, siguiendo los mandatos de la Ley mosaica, es decir a través de ofrecer sacrificios continuos de animales en el altar del holocausto. A la mitad de la semana setenta, y cuando resten tres años y medio para su conclusión, la bestia o anticristo profanará este templo recién reconstruido, poniendo su trono en el Lugar Santo y haciéndose adorar como si fuera Dios. Ver: Daniel 9:27; 12:11.
En 2 Tesalonicenses 2:3-4 dice: “3Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, 4el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios”.
“…pero el patio…ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses…”. El Señor manda al apóstol Juan, que mida el templo y que el patio lo deje aparte. Esto nos revela que los acontecimientos de la Gran Tribulación tendrán como un importante centro de acción la ciudad de Jerusalén, mencionada como la ciudad santa, la misma que será hollada o pisoteada por los gentiles, cuarenta y dos meses o tres años y medio, que es el
tiempo que se le dará al anticristo o la bestia para reinar sobre toda la tierra. Ver:

EL TEMPLO JUDIO EN LA HISTORIA DE ISRAEL
• Templo judío
Lugar fijo de adoración del pueblo judío al Dios Todopoderoso, una vez que llegaron a la tierra prometida. La palabra de Dios enseña que el templo judío sufrió sucesivas destrucciones y reedificaciones en varias oportunidades.
Los mencionados por la palabra de Dios, son:
• Templo de Salomón
Edificado por el rey Salomón hijo del rey David, y en el lugar dispuesto por Dios, el monte Moriah, en la ciudad de Jerusalén. Ver: 2 Crónicas 7:1-3
Como consecuencia de la apostasía en la que cayó el pueblo de Israel fue destruido, por Nabucodonosor, rey de Babilonia. Ver: 2 Reyes 25.
• Templo de Zorobabel
Cumplido el exilio de setenta años en Babilonia, determinado por Dios a su pueblo, el Señor permitió su retorno a Jerusalén, donde una vez más fue reconstruido el templo judío esta vez bajo la dirección de Zorobabel, príncipe de Judá, y del sumo sacerdote Josué, los que habían retornado junto a otros exiliados como Esdras el escriba y Nehemías. Ver: Esdras 5.
Posteriormente fue derribado y reconstruido por Herodes el Grande.
• Templo de Herodes el Grande
Ultimo templo judío edificado por el rey impuesto desde Roma, Herodes el Grande. A fin de congraciarse con los judíos hizo derribar el templo edificado por Zorobabel y mandó construir otro mucho más grande (el doble) que el original, aunque manteniendo las áreas fundamentales como el Lugar Santísimo, Lugar Santo y los atrios exteriores. Añadió otras edificaciones haciendo que este fuera más impresionante que los anteriores templos, siendo la motivación sin embargo más política que espiritual. Fue a este templo que entró nuestro Señor Jesucristo y del que profetizó que no quedaría piedra sobre piedra. Mateo 24:1-3. Esta palabra se cumplió el año 70 DC, cuando Tito y sus legiones romanas destruyeron el templo y la ciudad de Jerusalén, Daniel 9:26. A partir de entonces no existe templo judío en Jerusalén, hasta el cumplimiento de la palabra profética, dentro de poco tiempo. En la actualidad en parte del lugar que ocupaba el templo judío se halla construida la Mezquita de Omar, llamada la Cúpula de la Roca, tercer centro religioso más importante del Islam. Hoy, judíos ortodoxos esperan anhelantes la reconstrucción del templo para reiniciar los sacrificios continuos interrumpidos hace dos mil años. Una señal profética que vemos en forma clara y de próximo cumplimiento son los preparativos que se realizan en Israel, especialmente en Jerusalén por agrupaciones de judíos que prácticamente tienen todo listo en cuanto a sacerdotes levitas y utensilios para usarlos en el futuro templo judío en Jerusalén una vez esté reconstruido.


“3Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio. 4Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra”. vs. 3-4

“…y daré a mis dos testigos que profeticen…”. vs. 3. Para el tiempo de la Gran Tribulación, el Señor, levantará dos testigos suyos, para profetizar por cuarenta y dos meses; a los que capacitará con gran poder sobrenatural. Estos dos testigos se constituirán en una gran amenaza para la bestia o anticristo y en general para todo el sistema mundial satánico en vigencia ese momento. Como era típico en los profetas del Antiguo Testamento estos aparecerán vestidos de cilicio. El cilicio era una tela áspera hecha de pelo de cabras. Su color negro denota el llamado al arrepentimiento de parte de aquellos a quienes van a dirigir su mensaje. Asimismo como señal de duelo y tristeza por los acontecimientos que se irán sucediendo en toda la tierra.
“…son los dos olivos, y los dos candeleros…” vs. 4. El apóstol Juan utiliza los términos olivos y candeleros, para referirse a los dos siervos. Son metáforas para referirse al árbol de olivo de donde se saca el aceite y el candelero, utilizado para alumbrar y que normalmente funcionaba con aceite, elemento que en las Escrituras es tipo del Espíritu Santo. Ver: Zacarías 4:2-6. Concluimos que es precisamente el Espíritu Santo de Dios el que les dará poder al ministerio profético de los dos testigos a fin de revelar la luz y la verdad de Dios a través de su ministerio profético, en medio de un mundo maduro de pecado y pronto a ser sujeto de juicio divino. No creemos edificante especular acerca de la identidad de estos dos testigos que serán utilizados por el Señor. Quienes el Señor en su soberanía escoja, desarrollarán sus ministerios proféticos, no por su propia habilidad, sino que siguiendo la perfecta guía del Espíritu Santo y su poder, y como lo hacían los varones profetas de Dios, en el Antiguo Testamento.

“5Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera. 6Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran” vs. 5-6.

“…sale fuego de la boca de ellos…” vs. 5. Los dos profetas testigos, serán investidos de poderes sobrenaturales. El ministerio desarrollado por estos dos testigos, tendrá la protección divina directa como fue en los días del profeta Elías, que fuego cayó sobre los que procuraban hacerle daño. Ver: 2 Reyes 1:10. Dios juzgará en el acto a quien intente dañar a los dos testigos.
“…tienen poder para cerrar el cielo…sobre las aguas para convertirlas en sangre…” vs. 6. Este pasaje recuerda la forma como el Señor respaldó los ministerios de dos prominentes personajes del Antiguo Testamento: Moisés y Elías. Elías el profeta en los días del rey Acab anunció que no llovería y el cielo se cerró durante tres años y medio. Ver: 1 Reyes 17:1. Los dos testigos se moverán en el poder del profeta Elías. Moisés, siervo del Señor, se movió igualmente en el poder del E. Santo, para herir las aguas con sangre, y derramar terribles plagas sobre Egipto. Ver: Éxodo 7:19; 8; 9; 10; 11. No obstante, en ninguna parte de la palabra profética se señala en forma específica que sean estos dos los siervos profetas o los dos testigos que ministren en ese tiempo. Los dos testigos se tratarán de dos siervos ungidos por el Señor que ministrarán en el poder del E. Santo.
“7Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará. 8Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado” vs. 7-8.

“…cuando hayan acabado su testimonio…” vs. 7. A la conclusión del ministerio profético de los dos testigos el anticristo o la bestia mandará asesinar a los dos testigos. Este hecho estará dentro de la perfecta voluntad de Dios, para manifestar su gloria, ya que luego los resucitará.
“…se llama Sodoma y Egipto…” vs. 8. La palabra profética menciona a la ciudad de Jerusalén como Sodoma y Egipto. La ciudad de Jerusalén en la actualidad, va adquiriendo cada día más la conducta liberal e inmoral que caracterizaron a Sodoma Ver: Génesis 18:20, y la opresión de esclavitud despiadada, así como el gusto por los placeres carnales y mundanos caracterizaron a Egipto. Es necesario considerar que en estos últimos años, han ido llegando inmigrantes a Israel, desde diferentes lugares del mundo (EE.UU., Rusia, Europa, Äfrica, etc.) trayendo consigo diferentes usos y costumbres que buscan implantar en el país; así como doctrinas orientales que se hallan muy relacionadas con el hinduismo y budismo. La ciudad de Jerusalén, cumple la profecía de nuestro Señor Jesucristo que sería hollada por los gentiles hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan. Discernimos que el tiempo de los gentiles se cumplirá al final de la Gran Tribulación, antes de instaurarse el reino de Mil Años del Señor Jesucristo.

La ciudad santa de JERUSALÉN
La primera referencia a la ciudad de Jerusalén en la Biblia, se encuentra en el libro de Génesis.
En Génesis 14:18 dice: “Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino”.
Melquisedec un sacerdote del Antiguo Testamento anterior a la ley mosaica se lo menciona como “rey de Salem” o “rey de paz”, por tanto el nombre de la ciudad sería “ciudad de paz”.
Antiguamente a Jerusalén se la conocía con el nombre de Jebús, ya que pertenecía al pueblo de los jebuseos.
En Josué 15:8 dice: “Y sube este límite por el valle del hijo de Hinom al lado sur del jebuseo, que es Jerusalén. Luego sube por la cumbre del monte que está enfrente del valle de Hinom hacia el occidente, el cual está al extremo del valle de Refaim, por el lado del norte”.
En 1 Crónicas 11:4 dice: “Entonces se fue David con todo Israel a Jerusalén, la cual es Jebús; y los jebuseos habitaban en aquella tierra”.
Posteriormente fue tomada por el rey David y su ejército para que fuese la capital política de Israel durante el reino unido. Con el tiempo Jerusalén, creció en importancia al constituirse en la ciudad escogida por Dios, como el lugar donde se erigió el centro de su adoración: el templo judío. Por lo que, fue recibiendo varios nombres especialmente tomando en cuenta su carácter espiritual:
• JERUSALEN TERRENAL
Es decir la que hoy aparece como capital de la nación de Israel.
La ciudad de David o Sión…
En 2 Samuel 5:7 dice: “Pero David tomó la fortaleza de Sion, la cual es la ciudad de David”.
La ciudad santa…
En Nehemías 11:1 dice: “1Habitaron los jefes del pueblo en Jerusalén; mas el resto del pueblo echó suertes para traer uno de cada diez para que morase en Jerusalén, ciudad santa, y las otras nueve partes en las otras ciudades”.
• JERUSALEN ESPIRITUAL
Es decir en el contexto de la palabra profética la futura y gloriosa nueva Jerusalén.
Dos nombres especialmente proféticos: Ciudad de justicia, ciudad fiel y la nueva Jerusalén…
En Isaías 1:26 dice: “Restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como eran antes; entonces te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel”.
En Apocalipsis 21:2 dice: “Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido”.
Por tanto y de acuerdo a la palabra de Dios, discernimos la existencia de una Jerusalén terrenal, la que hoy tiene la nación de Israel como su capital y otra Jerusalén celestial o espiritual que se halla en el tercer cielo.
Escritores del Nuevo Testamento, conceden más importancia a la Jerusalén celestial.
En Gálatas 4:26 dice: “Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre”.
En Hebreos 12:22 dice: “sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles”.
De todas maneras es muy necesario considerar que aún la Jerusalén terrenal, tiene y tendrá todavía en el futuro una gran importancia para el pueblo de Dios.
Recordemos que fue en esta ciudad que nació el verdadero cristianismo. Allí nuestro Señor fue crucificado y allí resucitó. Fue a la salida de Jerusalén, desde el monte de los Olivos que fue llevado a la diestra del Padre. Y cuando vuelva con su amada iglesia después de la Gran Tribulación, pondrá sus pies sobre el mismo monte. Al norte de Jerusalén, en el valle de Meguido, será definitivamente vencido el anticristo o la bestia y el falso profeta junto a las naciones rebeldes. Y por último esta ciudad será la capital del Reino de Mil Años de Nuestro Amado Señor Jesucristo en la tierra.
En Isaías 2:1-4 dice: “1Lo que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de Jerusalén. Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. 3Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. 4Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra”.

“9Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados. 10Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra” vs. 9-10.

“…verán sus cadáveres por tres días y medio…” vs. 9. Hasta hace unos cincuenta años atrás era imposible pensar que todos los moradores de la tierra puedan ser testigos en un mismo momento, de un hecho acontecido en algún punto de la tierra al mismo tiempo. La palabra profética dice: “…los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio…”. Hoy constatamos que por el adelanto extraordinario que han tenido las comunicaciones vía satélite los moradores de la tierra podrán ver durante tres días y medio, los cuerpos muertos de los dos testigos, sin necesidad de trasladarse hasta la ciudad de Jerusalén. Tal será el odio contra los dos testigos de Dios, que ni siquiera se permitirá que sus cuerpos sean sepultados. Es muy posible que sea una forma que la bestia o anticristo utilice como escarmiento para otros que quieran oponerse a su sistema de maldad.
“…porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra…” vs. 10. El ministerio profético desarrollado por los dos testigos del Señor en el tiempo de la Gran Tribulación, llegará a ser un verdadero tormento para los moradores de la tierra, puesto que todas sus profecías se irán cumpliendo con precisión. Una vez muertos tal será el regocijo o la alegría de los moradores de la tierra, que hasta se mandarán regalos unos a otros, en señal de gozo, celebrando su victoria y proclamando día de fiesta enviándose regalos.

“11Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron. 12Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron” vs. 11-12.

“…entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios…” vs. 11. Al cabo de tres días y medio se manifiesta el maravilloso poder de Dios, resucitando a sus dos testigos y arrebatándolos al cielo a la vista de sus enemigos. Este acontecimiento nos recuerda las palabras inspiradas del profeta Ezequiel. Ver: Ezequiel 37:10.
“…y subieron al cielo en una nube…” vs. 12. De la forma como nuestro amado Señor Jesucristo fue arrebatado a la diestra del Padre, en presencia de sus discípulos, Ver: Hechos 1:9, estos dos testigos luego de cumplir su poderoso ministerio profético serán arrebatados al tercer cielo, pero a la vista de sus enemigos. Este hecho sobrenatural provocará gran temor entre los moradores de la tierra.

“13En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo. El segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto” vs. 13-14.

“…hubo un gran terremoto…” vs. 13. El Señor confirmará con un gran terremoto y la destrucción de la décima parte de la ciudad de Jerusalén, el hecho de que los dos testigos muertos, resucitados y arrebatados eran sus siervos enviados por el Señor mismo. Las Escrituras relatan que acontecimientos trascendentales como la muerte y resurrección de nuestro amado Señor Jesucristo, fueron acompañados de terremotos. Ver: Mateo 27:51; 28:2. En la Segunda Venida del Señor con su amada iglesia al final de la semana setenta se producirá un terremoto. Ver: Zacarías 14:4-5. Aunque los sobrevivientes del terrible terremoto se aterrorizarán, la dureza de su corazón no les permitirá llegar a humillarse y arrepentirse delante del Dios Todopoderoso. Por ello y aunque este acontecimiento acompaña la muerte de siete mil personas, por lo que reconocen de donde viene el juicio, y dan gloria a Dios, no se hallan palabras de arrepentimiento. Es notable como el apóstol Pablo inspirado por el Espíritu Santo se refiere a este aspecto del corazón humano en su carta a los romanos.
En Romanos 2:5 dice: “Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios”.

El segundo ¡ay! pasó y llegará pronto… el tercer ¡ay!
Recordando, el primero de los tres ayes de los que moran sobre la tierra tiene que ver en los acontecimientos narrados en Apocalipsis 9:1-11. El segundo ay aparece relacionado con el toque de la sexta trompeta narrados en Apocalipsis 9:13-21. Por lo que el tercer ay llegará a cumplirse bastante cerca a los dos primeros.

“15El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos. 16Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, 17diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado. 18Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra” vs. 15-18.

La séptima y última trompeta contiene las siete copas, para la consumación de los juicios de Dios sobre la tierra
“…hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo…” vs. 15. Al toque de la séptima trompeta se oye la maravillosa declaración que afirma lo que muy pronto acontecerá: ¡La instauración del Reino Mesiánico o Milenio de muestro amado Señor Jesucristo, en toda la tierra! En este pasaje encontramos de una manera muy clara el propósito primordial del libro de Apocalipsis y es la revelación de la Segunda Venida de Nuestro Señor Jesucristo para instaurar su Reino Eterno. Por ello encontramos que los veinticuatro ancianos, se postran y adoran al Eterno Dios, proclamando el propósito de la palabra profética, el de anunciar que el Señor Jesucristo, que vino hace dos mil años, es el mismo que vuelve con poder para reinar sobre toda la tierra. Así como agradecen la instauración del Milenio y la derrota completa de los enemigos de Dios.
“…Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar…” vs. 18. Hoy las naciones gentiles se rebelan y se amotinan contra las leyes del Dios Todopoderoso registradas en su Palabra. A través de la promulgación de leyes contrarias a la Biblia, como aquellas que permiten el aborto, los matrimonios homosexuales, etc., manifiestan su total renuencia a obedecer al Señor y su Bendita y Santa Palabra y lo único que lograrán es que sobrevenga el justo juicio de Dios y lo que está escrito se cumpla ciertamente.
En Salmos 2:1-6 dice: “¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan
cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos.
Contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, Y echemos de
nosotros sus cuerdas. El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos.
Luego hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira. Pero yo he puesto mi rey.
Sobre Sion, mi santo monte”.
“…y de destruir a los que destruyen la tierra…”vs. 18. Los medios de comunicación informan con frecuencia la tala indiscriminada de árboles; matanza de animales cotizados por su piel; pesca ilegal en lagos y mares con la utilización de dinamita; derrame de petróleo en grandes áreas marinas; contaminación ambiental; etc., y todo esto como expresión de la codicia y maldad del corazón humano, por lo que el juicio divino se derramará sobre todos aquellos que destruyen la tierra. Así como por la maldad del hombre también en lo moral y producto de la perversión e inmoralidad, por la corrupción y paganismo de imperios que se fueron sucediendo en la historia de la humanidad, la tierra ha ido siendo destruida. Esto seguirá hasta la llegada del justo juicio de Dios.

“19Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo”
vs. 19.

Por esta palabra conocemos de la existencia del templo de Dios en el tercer cielo. Cuando el Señor concedió a su siervo el rey David para que su hijo Salomón, edificase el primer templo judío, este fue construido como figura y sombra del celestial. Entre los elementos que formaban parte del templo estaba en el lugar santísimo el Arca del Pacto y que en el templo judío siempre representó la Bendita Presencia del Señor.
…y el templo de Dios fue abierto en el cielo…” vs. 19. Encontramos que el templo original se encuentra establecido en el tercer cielo. La intervención divina es manifestada por medio de relámpagos, voces, truenos, terremoto y granizo.
Asimismo y por esta palabra conocemos de la existencia del templo de Dios en el tercer cielo. Cuando el Señor concedió a Salomón, que sea el que edificase el primer templo judío, este fue construido como figura y sombra del celestial.
La promesa para los cristianos vencedores es hacerlos columnas en su templo. (Apocalipsis 3:12).

Por otra parte, el arca del pacto se encontraba en el Lugar Santísimo, y luego de la destrucción del primer templo judío desapareció y no se la halló más. (Jeremías 3:16).
El pasaje bíblico que refiere la construcción del segundo templo no menciona el arca del pacto, por lo que discernimos que la voluntad del Señor es que su pueblo anhele encontrar el original en su morada santa, el tercer cielo.
Definitivamente, el arca del Pacto situada en el templo de Dios en el tercer cielo manifiesta maravillosamente la fidelidad eterna a su pacto.
Definitivamente, Dios es fiel, aunque nosotros seamos infieles. (2 Timoteo 2:13).

¡ALABADO SEA SU NOMBRE POR TODOS LOS SIGLOS!

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